viernes, 24 de septiembre de 2010

Baile de máscaras


¿Qué somos? Sin entrar en temas metafísicos podría decirse que no somos más que cachos de carne con ojos, pero metiéndonos más en temas de personalidad ¿qué somos? O mejor dicho ¿Quién somos?

Ahí entrarían en juego que somos lo que nuestras experiencias en la vida nos han hecho ser, pues al nacer no somos más que un disco duro vacío que únicamente contiene algunos datos instintivos.

Somos una cosa pero lo que mostramos a los demás puede variar enormemente, situaciones distintas requieren modos de comportarse distintos, no puedes ser igual delante de un profesor, que con un amigo, y llendo más allá somos distintos dependiendo de la persona con la que hablemos, la situación en la que nos encontremos, nuestros objetivos del momento.

He de añadir que mucha gente probablemente no se de cuenta de este hecho, simplemente actúan por instinto o como creen que son, sin darse cuenta de que van cambiando.

Somos muchas caras, somos tantas como las que hemos necesitado en la vida, algunas ya las olvidamos por no necesitarlas más, otras están siempre a flor de piel listas a salir, y otras las conocemos pero no dejamos salir por nuestra conciencia.

La vida no es más que un baile de máscaras, cada cual tiene innumerables, y las cambia según la música que se esté tocando.

Tenemos cientos de máscaras desde oscuras para nuestros enemigos, hasta de brillantes colores para impresionar, pasando por máscaras de hielo para no mostrar ni un solo sentimiento, ni una sola debilidad.

Lo que suele ocurrir es que cuanto más usamos una máscara, más de ella se nos queda pegada, hasta el punto que esa máscara puede convertirse en una parte de nosotros.

Así que en resumen somos el conjunto de las máscaras que usamos, siendo más importantes aquellas que de tanto usar olvidamos nos olvidamos de quitar.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Una historia sin título

Bueno he aquí el comienzo de una de las historias que tengo por ahí, no está cuidada tanto como querría pero ya le dije a Andi que subiría algo hoy por lo que es momento de hacerlo.
Para ser solo el comienzo es bastante largo, así que para los que tengan la paciencia de leerlo, decirles que espero que les guste y que si por alguna casualidad se quedan con las ganas de más ya ando trabajando en cuidar la siguiente parte.
Aún no he pensado un título por lo que sin más preámbulos ahí va la historia.


Cayó la noche, el mejor momento para la gente como yo, por lo que cogí mi chaqueta y salí de casa al amparo de la noche. Me dirigía hacia Dave's, el pub de moda en este momento, a encontrarme con cierta persona. Supuse que no tendría problemas para entrar, un traje que la mayoría no se podían permitir, un aspecto socialmente perfecto y mi indudable carisma me habían abierto las puertas de allá donde quisiera ir desde los 19 años. Ahora con 25 y una carrera de psicología sentía que el mundo estaba a mis pies.


Llegué a Dave's a eso de las once, y tras unos minutos de espera entré al local. La atronadora música que se llevaba no me agradaba lo más mínimo, lo mío era el rock ochentero, algo imposible de encontrar en los lugares a los que iba. Por lo demás lo común, sofás y sillas de diseño en los que uno no sabe como sentarte, algunas mesas y un par de barras con modernos taburetes.

En cuanto a la gente, personajes pseudo modernos vestidos de manera ridícula y que no sabrían hacer nada sin su tarjeta de crédito, que danzaban de un lado a otro con copas en la mano o contoneandose en busca de un lío de una noche.... despreciables, probablemente el mundo estaría mejor sin todos ellos. A pesar de todo esto fui hacia a la barra con un semblante que delataba simpatía a la par que interés por la gente que estaba allí, para cualquiera de los seres del lugar no estaría mas que buscando compañera para una noche.

Pedí un Martini seco y me senté en la barra, quedaba mucha noche y aún no era el momento de comenzar a actuar. Un par de toques en el hombro me sacaron de mis ensoñaciones, un mal hábito que tenía, reflexionar y aislarme del mundo en público, me giré y vi a una joven de unos diecinueve años, con un vestido sencillo y demasiado maquillaje, a pesar de todo era bastante atractiva.

- No te he visto antes por aquí – me dijo con una sonrisa en los labios

- No suelo venir mucho, aunque veo que hoy ha merecido la pena venir – la dije con una sonrisa cómplice.

Desde siempre se me ha dado bien entender a la gente, y en este caso las intenciones eran cristalinas, por lo que opté por el camino más rápido para pasar desapercibido en el local, con lo que en media hora me encontraba escuchando insulsas conversaciones de unos amigos suyos. Aborrecía a esa gente por lo que opté por valorarlos psicológicamente, algo útil para no caer dormido ante tamaña colección de necedades que salían de sus labios. Con lo que en unos minutos pasé de estar frente a un grupo de memos desconocidos a estar frente a un grupo de memos. No presté atención a sus nombres por lo que para mí pasaron a ser Egocéntrico, Insegura, Putón, Drogadicto y Deprimida. La chica que me trajo allí era la deprimida, probablemente un novio acabara de dejarla y tenía la moral por los suelos, con lo que buscaba algo para subírsela, yo era ese algo, no la ayudaría en nada pero al menos yo pasaría una noche entretenida una vez me deshiciera del resto del rebaño.

Media hora era más de lo que podía aguantar, deseaba abrirles en canal y ver su sangre manar entre mis dedos, por lo que llamé a Deprimida y la dije que iba por una copa, que si me acompañaba, un leve movimiento de cabeza y una amplia sonrisa me hicieron entender que me había entendido.

Cogí otro Martini y Deprimida pidió uno de esos cócteles con nombres incoherentes, la llevé hacia un sofá donde había otras parejas charlando y nos sentamos en un lado.

Cuanto más bebía las insinuaciones eran cada vez más directas, no sabía cuanto tiempo podría seguir dándola largas, al cabo de unos minutos se abalanzó sobre mi y, me abrazó y me besó, con lo que golpeé ligeramente a una chica sentada detrás de mí, que no pareció darse cuenta, probablemente había bebido suficiente como para que si despertara mañana tuviera una gran resaca, para ser exactos llevaba un par de cubatas y cuatro cócteles, siempre he sido un gran observador.

Ya era el momento, tomé de uno de mis bolsillos una pequeña píldora y cogí mi vaso a la par que depositaba la píldora en el cóctel de la chica que acababa de golpear. Di un trago y le susurré a Deprimida que era hora de irnos para continuar la fiesta en otro lado. Ella me propuso ir a su casa a tomar un café lo que acepté sin demasiados miramientos, ya era hora de irse.

Tras las habituales despedidas salimos del local y me llevó a un piso a unas pocas manzanas. Nada más entrar se me abalanzó encima y comenzó a quitarme la ropa torpemente.

Salí de allí un par de horas después, tras un sexo más bien mediocre, Deprimida se encontraba demasiado ebria y tenía la cabeza en otro sitio, a pesar de ello me fui a casa satisfecho tras un trabajo bien hecho y sin incidentes. Tras media hora me encontraba en mi casa, durmiendo apaciblemente, lo cual era extraño, pues no solía dormir más que unas cuatro horas cada día, y desperté a las doce tras siete horas de un sueño reparador.


Todo tiene un comienzo

Tras pasarme varias veces por la cabeza he decido abrir un blog para esas noches que no puedo dormir.
Soy un estudiante de electrónica, que devora libros a velocidad vertiginosa, le gustan los videojuegos y los juegos de rol. Paso muchas noches despierto con lo que paso el tiempo leyendo y escribiendo, con lo que tengo demasiados blocs de notas que suelo perder cada vez que formateo, con lo que intentaré salvar algo de ellos en relatos cortos, o no tan cortos.
También incluiré alguna que otra crítica de libros o películas y alguna idea que se me pase por la cabeza, como es un blog personal también incluiré algunas cosas sobre mí en alguna entrada.
Asique, sin más preambulos, el blog queda inagurado